Reseña | Érase una vez la taberna Swan - Diane Setterfield

En una oscura y brumosa noche, en el pequeño pueblo inglés de Radcot, a orillas del Támesis, los lugareños se reúnen en la taberna Swan para compartir un trago e historias llenas de sabiduría popular. Con seiscientos años de antigüedad, la posada es famosa por reunir a los mejores narradores de cuentos populares, pero esa noche la tertulia nocturna se ve interrumpida por la llegada de un hombre misterioso empapado en sangre que carga en sus brazos a una niña inconsciente. Antes de que el hombre pueda emitir explicación alguna, cae derrumbado.

Mientras tanto, río arriba, dos familias buscan desesperadamente a sus hijas, Alice Armstrong, a la que nadie ha visto desde hace veinticuatro horas tras el suicidio de su madre, y Amelia Vaughan desaparecida dos años atrás sin dejar rastro.

Creo que ya es de público conocimiento que amo los libros de ambientación histórica. Cuándo leí la sinopsis de este no lo dude un minuto sabiendo que iba a gustarme. Sin embargo me sorprendió, porque no sólo me gustó sino que lo adoré. 

Es un libro al que no podría catalogarlo en un género, tiene un poco de ficción histórica, de realismo mágico y está escrito como si fuése un cuento de hadas. El título ya prevé esto último, así que no me sorprendió. Si lo hizo ese realismo mágico del que ya les hablaré más adelante. 

El Swan, fotografía de Herny Taunt, fotográfo que
inspiró a uno de los personajes del libro
Fuente

Érase una vez la taberna Swan se sitúa en las orillas del río Tamésis en 1887. El río es quién lleva el hilo conductor de este cuento, ya que las historias de vidas de todas estas personas se van a juntar gracias a un suceso extraordinario. La noche del solsticio de inverno llega a la taberna Swan un hombre semiahogado, lástimado y con una niña aparentemente muerta en brazos. Pero, al poquito tiempo, la enfermera del pueblo se da cuenta que la niña esta viva. Esto solo es el principio, porque la niña no habla y nadie sabe quién es. ¿Es Amelia, la hija de los Vaughan, desaparecida hace 2 años? ¿Es Alice, la nieta desconocida de los Armstrong? ¿Es otra niña? Todos parecen querer reclamarla, y en ese viaje nos llevará la autora para conocer la verdad detrás de todos los hechos, pasados, presentes y, como todo cuento de hadas, futuro. 

La ambientación en la campaña de Inglaterra durante el siglo XIX le da el marco ideal para las historias de fantasmas, de hechos sobrenaturales, de visiones y apariciones. Durante todo el libro está sobrevolando la duda de qué es real, que es sobrenatural y qué es lo que se están imaginando los pueblerinos y clientes de El Swan. Creo que esto es lo que te mantiene más atrapado al libro, esa fina linea en la que no sabes qué es bien lo que está pasando y como se puede explicar todo. A mi me encantó ese realismo mágico donde las cosas pueden tener una explicación científica, que buscan dar alguno de los personajes, y donde también pueden explicarse por suceso sobrenaturales como deciden contentarse otros. La autora nos deja a nuestra libertad donde establecer esa línea y que creer. Eso me parece fantástico. 

Fotografía del Tamésis de Taunt a la altura de
Radcot.
Fuente

De ritmo lento, con muchos personajes, el comienzo puede resultar un poco difícil. En lo personal, lo que me costó un poco fue adaptarme a la cantidad de puntos de vista porqué estoy acostumbrada a leer con uno o dos, como mucho. Pero en realidad tampoco me llevó tanto, unas 50 páginas supongamos (de 550). Una vez que me acomodé, me atrapó completamente. A pesar de llevar ese ritmo en el que pasan cosas pero no sentimos ni vorágine ni adrenalina, lo leí sumamente rápido y la segunda mitad la termine en una sentada. No tiene ese desenlace que te deja shockeada ni ese momento de BUM pasó algo, porque desde el principio suceden cosas que te dejan abierto a que pueda pasar CUALQUIER cosa. 

Es un libro para leer tranquilo, concentrado en él. Realmente cuando te atrapa no podes hacer otra cosa. Pero hay que tener cuidado y no saltearse ninguna parte, porque toda la información que tiene es vital para la historia. A veces parece que está pasando algo que no tiene que ver con nada, pero al final todo se junta. No hay que olvidarse que bajo las historias de vida de todos los personajes el misterio sigue sin resolverse. 

La autora le rinde homenaje a los cuentos y las historias, no solo en el formato del libro sino en el contenido. El Swan era el lugar predilecto para los habitantes de Radcot para contar historias y dejarse llevar por la imaginación. El boca a boca de los cuentos es fundamental en los acontecimientos. Me pareció magnifico esto para recordar la importancia que tienen las historias en nuestras vidas y que muchas veces damos por sentado en los tiempos que corren.

Un aviso con temas que toca y quizá algunos necesiten saberlo de antemano: muerte, abuso físico y sexual, suicidio, racismo, y todo esto de esa época. Imagínense como podían verse alguna de esas cosas a fines de 1800. 

En definitiva es un libro mágico. Que entrelaza el misterio con la fantasía, que nos mantiene despiertos y atentos a lo que pueda suceder. Familias y personas que están pasando por diferentes momentos de sus vidas que se ven envueltas en un mismo conflicto en una taberna a orillas del río Tamésis. Un libro para dejarte llevar y quizá pasear por el río en la batea de Silencioso...

Los leo ♡

Pueden saber más de este libro en la página de Me gusta leer Uruguay

PD. Si les interesó acá pueden leer un poquito más de Henry Taunt y sus fotografías: https://thames.me.uk/s02155.htm