miércoles, 22 de enero de 2020

Hora de brillar | Angie Thomas

Bri quiere ser una de las mejores raperas de todos los tiempos. Como hija de una leyenda del hip hop underground que murió antes de que alcanzar el éxito, Bri tiene unos zapatos gigantes que llenar. Pero cuando su primera canción se hace viral por los motivos equivocados, se encuentra en el centro de la controversia y los medios la retratan como una amenaza mayor que un rapero. Y con un aviso de desalojo que intimida a su familia, Bri ya no solo quiere tener éxito: debe tenerlo. Incluso si eso significa convertirse en lo que el público quiere.







Cuando vi las novedades de Puck en Uruguay dije, tengo que leer el nuevo libro de Angie Thomas. No iba esperando un libro como El odio que das. Y lo bien que hice, porque no lo es. 

En este caso, la protagonista del libro es una chica de 16 años, Brianna aunque sus amigos le dicen Bri. Bri vive con su madre y su hermano mayor. Bri aún no sabe quien es. Su padre murió cuando ella era una niña, su madre recurrió al crack y ella y su hermano quedaron bajo el cuidado de sus abuelos paternos. Bri aún no puede llamar mamá a Jay, a pesar de que hace 9 años que está limpia y pendiente de ellos. Aún no puede perdonar y soltar lo que pasó. Y esa rabia contenida en un pequeño cuerpo solo lo libera mediante el rap. El hip hop es su vida. Cuando no hay luz en casa porque no alcaza la plata, Bri rapea sobre ello. Cuando hay que ir a pedir comida al ayuntamiento, Bri rapea. Cuando un guardia de seguridad la lanza al piso y la detiene porque piensa que vende drogas, rapea. Lo que más desea Bri es tener éxito, poder ayudar a su familia y salir de la pobreza extrema. El problema es que el padre de Bri, Lawless, fue un rapero famoso en el hip hop underground, la leyenda del barrio, y todos esperan que ella sea como él. 

La diferencia con Starr (El odio que das) es que Bri es una chica dificil. No es la victima que esta pasando por un momento traumático, es un personaje mucho más complejo. No tuvo una infancia de mierda porque sus abuelos siempre estuvieron bien económicamente, pero si estuvo sin su madre. No va a un colegio de mala muerte porque su madre quiere que salga adelante, aun así es un colegio donde agarran de punto a los estudiantes negros y del Garden. Son pequeñas cosas que van acumulándose y que afectan a cualquier adolescente. Está llena de rabia, es impulsiva, está enojada y de cansada del mundo, y se hace notar. Me gustó mucho este personaje, tuve mis problemas con ella porque como toda chiquilina de 16 años tomaba desiciones equivocadas pero la entendí. Y me gustó mucho leer su crecimiento. 

Lo que si se mantuvo en este libro con respecto al anterior es el aporte de la familia y los amigos de la protagonista. No están de relleno sino que sus historias importan. Su mamá una ex-adicta, su hermano un universitario que no puede conseguir trabajo más que en una pizzería. Su tía, que se unió a una pandilla. Sus abuelos, que perdieron a su hijo y quieren revivir los años con él con sus hijos. Sus amigos, cada uno tiene su propia historia.

En este libro, Angie Thomas nos muestra un poco más del barrio que conocimos en El odio que das. Está cituado unos meses después de la muerte de Khalil, pero hay cosas que no han cambiado por ahí. 

No nos van a escuchar.Nadie nos escucha por aquí. Como la doctora Rhodes. O todos esos políticos que invadieron el vecindario después de los disturbios. Organizaron muchas charlas sobre "detener la violencia con armas" como si hubiera sido nuestra culpa la muerte de aquel chico. No les importó que no fuera nuestra culpa. 

En Hora de brillar conocemos más de las pandillas y su vida. Conocemos un poco más a los chicos que viven en el Garden y no tienen plata para asistir a un colegio privado. Como nos acostumbró, Thomas nos muestra una cara de la realidad de cualquier barrio de negros de Estados Unidos que no vemos siempre en las noticias. Nos sigue hablando de discriminación, generalización, estigmatización. 

—¿Saben cuántos blancos ricos vienen a la corte por posesión de drogas? —Muchísimos —responde Jay.—Demasiados —dice la tía 'Chelle—. Y solo reciben un golpecito en la muñeca y regresan a la sociedad, como si nada hubiera ocurrido. Pero ¿si los negros o los pobres se drogan? —Nuestras vidas quedan arruinadas —continúa Jay—. Así son las cosas. 

En este libro es una demostración de que Angie Thomas no es una autora de un libro, una historia fugaz. Es una autora para recomendarle a nuestros adolescentes, que reivindica derechos y critica a la sociedad. Nos trae historias reales de un Estados Unidos cada vez más violento, discriminador con algunos sectores de la sociedad y agrietado. En este caso un poco más adolescente, con problemas y temáticas de esas edad y con la música como refugio. 

Gracias Urano Uruguay por un ejemplar de este hermoso libro 

domingo, 12 de enero de 2020

Heredera de Fuego | Sarah J. Maas


Celaena Sardothien ha sobrevivido a mortíferos combates y a la demoledora experiencia del desamor, pero a un costo indescriptible. Ahora debe viajar a una nueva tierra para enfrentar su más oscuro pasado, una verdad sobre su historia que podría darle un vuelco a su vida, y a su futuro, para siempre.

Mientras tanto, brutales y monstruosas fuerzas se van reuniendo en el horizonte e intentan esclavizar su mundo. Para derrotarlos, Celaena debe hallar la fortaleza no solo para combatir a sus propios demonios internos, sino para vencer al mal que está a punto de desencadenarse.






Hoy vuelvo con una reseña de la serie Trono de Cristal de Sarah J. Maas, la tercer entrega: Heredera de Fuego. Lo que me pasa con esta saga es algo extraño, ya que a pesar de que me gusta la historia y me tiene incluso bastante atrapada no siento la necesidad de leer un libro tras otro como si me pasa con otras sagas de fantasía. Por ello he demorado tanto, me digo a mi misma que es porque no quiero terminar de leer los libros que hay publicados acá y que no haya llegado el último, pero en realidad es porque a pesar de querer leerla no tengo apuro en hacerlo.

Este libro, particularmente, me costó montones. A diferencia de las dos entregas anteriores, en Heredera de Fuego J Maas cambia la forma de escribir. En el primer libro la acción es la que domina todo, los personajes son simples y no llegamos a profundizar en ellos. El segundo libro (mi favorito hasta ahora) se centra más en conocer a los personajes, su crecimiento, madurez y cambios. Este libro, hasta bien pasada la mitad, medio que no tiene ninguna. ¿Por qué? Porque la acción y la rapidez las cambia por un ritmo muuuucho más lento, y además nos introduce muuuuchos personajes nuevos. Creo que en este libro J Maas cambia su manera de escribir para traernos un libro más elegante, sofisticado, pero que durante un tiempo me aburrió. Tiene varios puntos de vista y salta de un arco argumental a otro sin previo aviso. Los tres arcos principales de la historia son: Celaena en Wendlyn buscando respuestas acerca de las llaves Wyrd (y conociendo personajes importantes), Dorian y Chaol en Rifthold, y un nuevo arco contado a través de Manon, líder de un aquelarre de brujas. 

Básicamente les voy a contar lo que me pasaba: estaba interesante lo que estaba pasando con Celaena al otro lado del mundo, estaba a punto de llegar la acción, ya se sentía ahí, PUM capítulo de Manon. Y ES QUE NO ENTENDÍA NADA. No sabía de donde había salido, que estaba leyendo, para que me servía leer sobre las brujas estas Picos Negros. Básicamente, me aburrían los capítulos de las brujas. Así fue mi lectura hasta poco más después de la mitad que me empezó a interesar un poco más lo que pasaba con las brujas y en Rifthold y Wendlyn las cosas se pusieron PICANTES. Pero en serio, realmente creo que me encantaron las últimas 250 páginas. Las anteriores me costaron bastante. 

En cuanto a los otros dos arcos argumentativos, el que más me gustó sin dudas fue el de Celaena. Al principio nos encontramos con una muchacha totalmente rota, sin ganas de vivir por todo lo que sucedió en Corona de Medianoche. Pero conforme pasa el libro, se da cuenta de que debe aceptar su identidad y lo que ella contrae para poder salir adelante y cumplir con la promesa que le hizo a su amiga. En este camino de aceptación y crecimiento la acompaña Rowan, un príncipe hada, que es el encargado de decidir cuando Celaena está lista para ingresar a Doranelle, una ciudad regida por su tía Maeve, llena de magia y hadas, y así obtener las respuestas que tanto ansiaba (o no). 

La historia de Rifthold también me resultó muy interesante pero quizá es de la que menos pueda contar, para no arruinarles el libro. Chaol y Dorian se encuentran bastante separados pero ambos encuentran refugio (de distinta forma) en Aedion y Sorscha respectivamente. Aedion es el primo de Celaena, y al principio me resultó un tipo arrogante y soberbio que no me caía nada bien. Creo que ahora lo quiero un poquito más. Sorscha es una sanadora del castillo y es el nuevo interés amoroso de Dorian, y no les voy a decir más. Pero ambos personajes crecen muchísimo y quiero que sepan que sigo queriendo mucho a Chaol, aunque puede ser que ahora también quiera a Rowan. Jejeje.

Creo que en general es una novela de transición, que nos va preparando para lo que se viene. Es lenta, no tan fácil de leer como los libros anteriores, y sobre el final suceden MUCHAS cosas que aún estoy asimilando. A pesar de no ser mi favorito voy a seguir leyendo la saga porque quiero saber como va a seguir la historia. Creo que todavía tiene mucho que contarnos la señora J Maas y se está guardando lo mejor para el final. 

Cuentenme su experiencia con la autora y estos libros, los leo 

Y recuerden que esta saga la pueden encontrar en Uruguay gracias a Me gusta leer 

jueves, 9 de enero de 2020

El odio que das | Angie Thomas


Starr es una chica de dieciséis años que vive entre dos mundos: el barrio pobre de gente negra donde nació, y su escuela situada en un elegante barrio residencial blanco. El difícil equilibrio entre ambos se hace añicos cuando ella es testigo de la muerte a tiros de su mejor amigo, Khalil, a manos de un policía. A partir de ese momento, todo lo que Starr diga acerca de la aterradora noche que cambió su vida podrá ser usado de excusa por unos y como arma por otros. Y lo peor de todo es que, tanto los de un lado como los de otro, la tienen en el punto de mira y amenazan con poner en riesgo su vida.






En febrero del año pasado mis amigas me regalaron este libro porque sabían que quería leerlo. Era de esos libros de los que todo el mundo estaba hablando, halagandolo y obligandote a leerlo. Me dio mucho miedo ponerme con él y lo dejé pasar. Y así pasaron los meses y meses. Mi madre lo leyó, me dijo que era increíble. Y yo lo volví a meter en la biblioteca, donde estaba seguro y mi corazón también. Este año, antes de irme a la playa en un impulso repentino lo agarré. Lo metí en el bolso, junto con el kindle, y dije, si me dan ganas lo leo. Apenas me subí al ómnibus lo empecé. Que ilusa, pensaba, que tonta haber perdido tanto tiempo con él y no haberlo leído. Pero todos los libros tienen su tiempo, ¿no? En estos días donde en Uruguay vale más dos palos de leña o una moto, que una persona. Donde matar a un joven porque intentó robar (o dijeron que intentó robar) se a vuelto nuestra normalidad, agradezco haberlo leído contemporáneamente. Este libro que habla de odio, de racismo, de fobia hacia los negros pero sobretodo los negros pobres. Aquellos que viven en un barrio jodido, donde hay pandillas y circula droga. Esos negros son todos iguales, y por eso matarlos no significa nada para el resto de la gente. "Y bueno, mira de donde es", "y si, seguro que consumía", "que se joda, vendía drogas". ¿Justificar una muerte está al nivel del asesinato? ¿En que nos convierte ser el tipo de persona que se escuda tras un montón de excusas para decir que alguien tenía merecido morir? No quiero ser ese tipo de persona, y no quiero que la sociedad en la que vivo se convierta en ello. 

Starr, la protagonista de esta historia es una chica de 16 años negra, que vive en Garden Heights, un guetto de negros en una ciudad de Estados Unidos. Una ciudad cualquiera, ya que nunca se nombra. Ya pueden ver acá la globalidad de la historia. Sin embargo, Starr y sus hermanos no asisten al colegio del barrio, sino a un colegio privado a 45 minutos de allí, donde son básicamente los únicos negros que asisten. El padre de Starr es un ex-pandillero, ex-convicto que tiene una tienda (minimercado por lo que pude entender) y su madre es enfermera en la clinica barrial. Ambos están muy comprometidos con el barrio, pero tienen miedo por sus hijos y prefieren su seguridad ante todo. Por ello Starr tiene dos "personalidades", está la Starr de Garden Heights, y la Starr de Williamson. 

Una noche Starr va a una fiesta y se encuentra con su amigo Khalil, al que hace tiempo no ve y comienzan a ponerse al día. La fiesta se desmadra cuando escuchan disparos,  ambos salen corriendo y se suben al auto de Khalil, ya que él no se va a quedar tranquilo hasta que ella este segura en su casa. Pero cuando un auto de policía los detiene, ahí si todo se va al carajo. Starr recuerda la charla que tuvo con su padre a los doce años. 


"Starr-Starr, si eso ocurre, haz lo que te digan que hagas-dijo-. Mantén las manos a la vista. No hagas ningún movimiento repentino. Habla sólo cuando te lo pidan."


Doce años. ¿Quién tiene una charla así cuando tiene doce años? Estoy segura que ni a mi, ni a vos que estás leyendo esto jamás se nos pasó por la cabeza a los doce años estar hablando sobre que debíamos hacer si nos detenía la policía. Pero esa conversación de mierda salvó la vida de Starr. Lamentablemente, no la de Khalil. En este punto (que es el segundo capítulo) ya estaba llorando fuerte. Es un momento durísimo de leer. Y nada menos que desde el punto de vista de una joven de 16 años. Esa imagen. Tuve que cerrar el libro. No podía seguir. La sensación de impotencia, de salir a quemar todo, de querer romper todo. Fa, indescriptible. 

A partir de ese momento, el asesinato de Khalil se vuelve el hilo conductor de la historia. A Starr le es cada vez más difícil mantener sus dos vidas separadas. El barrio se vuelve una zona de guerra. Los padres de Starr se plantean irse del barrio. ¿Pero si se van todos, quién se queda para sacar el barrio adelante? Si solo quedan los pandilleros, Garden Heights se convertirá en lo que la policía y los blancos creen que es. Y los que no pueden darse el lujo de irse, van a quedar abandonados a su suerte. Y por encima de todo esto, ¿el policía que mató a Khalil va a salirse con la suya? ¿O pagará por lo que hizo? 

Como pueden ver, es un libro super doloroso. Pero sumamente necesario. Las emociones que te genera en el pecho son, como les dije, indescriptibles. Pasé de llorar, a reírme, a enojarme, a querer salir a pelear, a gritar. Principalmente, salir a gritar. Este libro me enseñó a no quedarme callada. A contar mi verdad. Me enseñó a entender cosas que no entendía, porque no las viví ni vivo. Me enseñó sobre empatía y sobretodo me enseñó de odio. Porque todo el odio que damos vuelve. Parece una frase hecha pero no lo es. Aislar personas por su raza, condición social, económica o lo que sea, le devuelve a la sociedad un sector de la población lleno de odio y rabia. Y es justo que estén llenos de odio y rabia, cuando los dejamos solos, cuando los estigmatizamos, los marginamos, los odiamos. 

Este es un libro del que podría seguir hablando meses y meses. Está escrito para jóvenes, pero creo que es una lectura obligatoria para todos. Nunca es tarde para aprender, y Angie Thomas en este libro nos da una dosis de realidad, dura y pura. Por favor, si no se han animado con él, estaban como yo con él ahí pendiente, denle un chance, no se van a arrepentir. A pesar de ser principio de año, creo que este libro va a estar sin dudas en las mejores lecturas del 2020. No voy a dejar de recomendarselo, así que espero que me hagan caso. 5 estrellas y contando. Tremenda historia, tremenda enseñanza y tremendas emociones. 


Dato de interés: 

El libro en ingles se llama The Hate U Give, que es una frase que utilizan los protagonistas en varias ocasiones. La frase viene de la expresión "thug life" que literalmente significa vida de criminal. Sin embargo, en la década de los 90 el rapero Tupac Shakur le dio un nuevo significado a esta expresión, la convirtió en un acrónimo: T.H.U.G.L.I.F.E (the hate u give little infants fucks everybody) que en español significa "el odio que das a pequeños infantes nos jode a todos". Lo que Tupac quería reclamar es que estigmatizar a un niño/joven por el barrio en el que vive, por su color de piel o por su posición económica/social lo único que hace es jodernos a todos como sociedad y personas.